Lo que aprendi de mi abuelo Aurelio Diaz Tekpankalli...

Hoy desperté dibujando un Atrapasueños 
en la pared norte del espacio donde habito, 
Cátedra: Manifestación Consciente, 
hoy la lección me la dieron los Maestros: 
 Jodorowski, Taita Aurelio y Lápiz No. 5.

El primero comenzó con sus consejos para domar el ego, que llevó pa dentro, a observarme y a reconocerme en ellos.

El segundo, mi Taita Aurelito, una vez dijo:  
"¿Sábes hacer líneas rectas por lo menos, 
porque no quiero empezar desde pre-escolar?", 
para aceptarme como su aprendiz aydando a pintar los murales de Tamoanchan, 
en tiempos de Búsqueda de Visión.  

Con el aprendí a hacer líneas "rectas", 
a poner atención en los pequeños movimientos, 
a mirar desde lejos para ver el panorama completo, 
planificar lo macro alineándome en el espacio, 
a tomarme en serio lo que hago, 
y a tomarme un descanso de vez en vez, 
para mirar atrás y ver lo que he estado haciendo.  

Me enseñó a rehacer lo que no quedó armónico, 
a fluir con las grietas de la pared, 
a combinar colores, 
a pintar por capas, 
como las emociones escondidas en el rostro del Guardián de la Pirámide. 

Me enseñó con su ejemplo, 
a usar bien todos los recursos, 
a usar bien la energía, 
a ser cuidadosa con los pinceales, 
pinturas y herramientas.  


Me enseñó a ser amable y honorable.

Cambié de pincel a lápiz porque no me van bien las pinceladas, 
a decir por el mural que comparto con mi compañero de clases de pintura Chuchú, 
que es un disparate multicolor como el caos que instalan los niños en nuestras vidas si los dejamos ser libres e imponer sus reglas;

  veo la pared  se que tengo el trabajo de encontrar el orden, 
la recurrencia, 
los patrones, 
la belleza en ese espejo de mi alocada mente, 
y me alegro tener todo el tiempo del mundo para ver evolucionar la pintura de mi vida.

Busqué otra pared, lejos del alcance de los niños, y me encontré con mi don, eso que hago bien, hago bonito y además me gusta hacer, Atrapasueños, les he tejido tanto que experimento la integración de sus enseñanzas con la experiencia de diujarles, son todo un universo por descubrir, lleno de infinitas posibilidades.

Entonces, el profe Lápiz No. 5, me guió por el camino, 
usé mi collar como compás, regla y plomada 
y eché mano de mi mente de ingeniera para diseñar al Guardián del Norte de mi Altar.


Honor y Gloria a mi Taita Aurelio

Comentarios

Entradas populares